Queridos alumnos de Literatura Universal: bienvenidos a un nuevo curso, una nueva etapa y una nueva asignatura que os permitirá viajar en el tiempo y en el espacio a través de los libros. Emprendéis un viaje, sí, pero el curso 2019-2020 es sólo el primer tramo de una travesía más larga y más intensa. Empezáis Bachillerato, vuestra última y definitiva etapa en el instituto. En un año tan importante para vosotros, es un verdadero privilegio poder acompañaros en este recorrido a la busca de vuestro propio destino. Algunos lo tendréis bastante claro, otros lo seguiréis buscando; pero todos, al final de este ciclo, estaréis a punto de empezar algo nuevo: el resto de vuestras vidas. Emprendéis un viaje extraordinario; por eso, me gustaría compartir con vosotros este hermoso poema, uno de mis favoritos. Ojalá que lo disfrutéis tanto como yo y que os inspire tanto como a mí. Deseo, de todo corazón, que vuestro camino sea largo y fructífero y que Ítaca no os defraude jamás.
ÍTACA
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
repleto de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes
o al colérico Poseidón nunca temas.
No hallarás tales seres en tu ruta
si tu pensamiento es noble, si una pura emoción
impulsa tu cuerpo y tu espíritu.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al fiero Poseidón encontrarás jamás,
a no ser que los lleves dentro de tu alma,
a no ser que tu alma los coloque ante ti.
Pide que tu camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué alegre placer!-
a puertos que nunca antes habías visto.
Detente en los emporios de Fenicia
para adquirir sus bellas mercancías:
nácar y coral, ámbar y ébano,
y toda clase de perfumes sensuales,
todos los perfumes sensuales que puedas.
Visita muchas ciudades egipcias
y aprende, aprende ávidamente de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no hagas con prisas el viaje.
Mejor será que dure muchos años
y en tu vejez arribes a la isla,
con lo que hayas ganado en el camino,
sin esperar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene nada más que darte.
Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Serás tan sabio ya, tan rico en experiencia,
que al fin comprenderás qué significan las Ítacas.
KONSTANTÍNOS KAVÁFIS
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
repleto de aventuras, pleno de conocimientos.
A los Lestrigones y a los Cíclopes
o al colérico Poseidón nunca temas.
No hallarás tales seres en tu ruta
si tu pensamiento es noble, si una pura emoción
impulsa tu cuerpo y tu espíritu.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al fiero Poseidón encontrarás jamás,
a no ser que los lleves dentro de tu alma,
a no ser que tu alma los coloque ante ti.
Pide que tu camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué alegre placer!-
a puertos que nunca antes habías visto.
Detente en los emporios de Fenicia
para adquirir sus bellas mercancías:
nácar y coral, ámbar y ébano,
y toda clase de perfumes sensuales,
todos los perfumes sensuales que puedas.
Visita muchas ciudades egipcias
y aprende, aprende ávidamente de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no hagas con prisas el viaje.
Mejor será que dure muchos años
y en tu vejez arribes a la isla,
con lo que hayas ganado en el camino,
sin esperar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene nada más que darte.
Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
Serás tan sabio ya, tan rico en experiencia,
que al fin comprenderás qué significan las Ítacas.
KONSTANTÍNOS KAVÁFIS
Me encanta tu blog. Yo también soy profe de lengua y este es el primer año que imparto la asignatura de Literatura Universal. Con tu permiso, comparto la dirección de tu blog con mis alumnos, para que lo visiten.
ResponderEliminarUn saludo y gracias.